Ciudad de México, a 18 de marzo del 2025.- El 18 de marzo de 1938, el presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó la expropiación petrolera, marcando un antes y un después en la historia económica y política de México. Esta decisión fue el resultado de años de conflictos entre el gobierno, los trabajadores mexicanos y las empresas extranjeras que explotaban el petróleo nacional sin garantizar condiciones laborales justas.
Contexto histórico
Durante las primeras décadas del siglo XX, compañías extranjeras, principalmente británicas y estadounidenses, controlaban la industria petrolera mexicana. A pesar de la riqueza generada, los trabajadores enfrentaban salarios bajos y condiciones precarias. En respuesta, el gobierno de Cárdenas promovó reformas que culminaron en la expropiación de estas empresas, amparándose en el Artículo 27 de la Constitución de 1917, que establece que los recursos del subsuelo pertenecen a la nación.
Tras el decreto, se creó Petróleos Mexicanos (PEMEX), una empresa estatal encargada de la exploración, extracción y refinación del petróleo. La expropiación fue respaldada por amplios sectores de la sociedad mexicana, que incluso organizaron colectas para pagar indemnizaciones a las compañías afectadas.
Repercusiones en la actualidad
A más de ocho décadas de este hito histórico, la expropiación petrolera sigue teniendo repercusiones en la política y economía de México. Durante gran parte del siglo XX, PEMEX fue un pilar del desarrollo nacional, generando ingresos que financiaron infraestructura y programas sociales. Sin embargo, en las últimas décadas, la empresa ha enfrentado diversos desafíos:
- Caída en la producción: La disminución en la extracción de crudo ha impactado las finanzas de la empresa
- Problemas financieros: PEMEX acumula una deuda considerable, lo que ha llevado a la implementación de medidas para su saneamiento
- Reformas energéticas: La reforma de 2013 permitió la participación del sector privado en la industria petrolera, generando un debate sobre los beneficios y desafíos de esta apertura
A pesar de estos retos, el petróleo sigue siendo un recurso estratégico para México. La discusión actual se centra en encontrar el equilibrio entre soberanía energética, sustentabilidad y modernización del sector.