Ciudad de México, a 03 de mayo del 2025.- Cada 3 de mayo, México celebra el Día de la Santa Cruz, una de las tradiciones más arraigadas del país, especialmente entre los trabajadores de la construcción. Esta fecha une elementos religiosos, culturales y sociales, convirtiéndose en una expresión de identidad que honra tanto a la fe católica como al esfuerzo de los albañiles.
La celebración tiene sus orígenes en el siglo IV, cuando Santa Elena, madre del emperador Constantino, encontró la cruz donde, según la tradición cristiana, fue crucificado Jesucristo. Este hallazgo marcó el inicio de la veneración de la cruz en el cristianismo. Con la llegada de los españoles a América, esta devoción se fusionó con las creencias de los pueblos originarios, quienes ya realizaban rituales en esta época para agradecer por las cosechas.
Con el paso del tiempo, el Día de la Santa Cruz se relacionó directamente con el gremio de la construcción. En México, es común ver cruces de madera decoradas con flores o papel de colores colocadas en lo alto de las edificaciones en obra negra, como símbolo de protección y bendición. Esta práctica no solo tiene un carácter religioso, sino que también simboliza el orgullo del trabajo realizado y la petición de seguridad para los trabajadores.
En muchas comunidades, la jornada inicia con una misa para bendecir la cruz, seguida de un convivio entre albañiles, maestros de obra y familiares. Es un día de descanso, reconocimiento y camaradería que refuerza los lazos entre quienes comparten el oficio de construir hogares, escuelas, hospitales y ciudades enteras.
El Día de la Santa Cruz no solo se mantiene vivo en las zonas urbanas, sino también en pueblos y comunidades rurales, donde la celebración adquiere un carácter festivo con música, comida tradicional y danzas. A pesar de los cambios sociales y tecnológicos, esta costumbre persiste como una muestra de respeto a la tradición, la fe y el trabajo.