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San Isidro Labrador y las lluvias de mayo: tradición agrícola que coincide con la ciencia

Celaya, Gto., a 15 de mayo del 2025.- Cada 15 de mayo, comunidades del campo y la ciudad celebran a San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, con la esperanza de que las lluvias lleguen para nutrir la tierra. Esta creencia, transmitida por generaciones, no solo forma parte del patrimonio cultural de México, sino que también coincide con fenómenos climáticos que marcan el inicio de la temporada de lluvias en diversas regiones del país.

San Isidro Labrador fue un campesino nacido en Madrid en el siglo XI. Canonizado en 1622, su figura es venerada por su fe, su conexión con la tierra y los milagros que, según la tradición, lograban que los campos dieran buenas cosechas. En su honor, comunidades rurales organizan procesiones, bendiciones de semillas y misas para pedir lluvias benéficas.

Aunque esta práctica puede parecer exclusivamente religiosa, estudios meteorológicos muestran que el 15 de mayo coincide con el inicio de las primeras lluvias importantes en México, particularmente en el centro y occidente del país.

Coincidencia con la ciencia

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), mayo marca el inicio de la temporada de lluvias debido al desplazamiento hacia el norte de la Zona de Convergencia Intertropical (ZCIT) y al aumento de la temperatura en la superficie terrestre, lo que favorece la formación de nubes y tormentas.

“El día de San Isidro coincide con un periodo de transición atmosférica, donde las condiciones se vuelven más propicias para la precipitación”, señala el SMN en su reporte mensual. Este patrón se observa de forma cíclica, aunque su intensidad puede variar según fenómenos como El Niño o La Niña.

Tradición viva en el campo mexicano

En municipios agrícolas del Bajío y otras regiones del país, agricultores mantienen viva la fe en San Isidro como parte de una tradición que refuerza el sentido comunitario y la esperanza en un buen ciclo agrícola. Más allá de los aspectos religiosos, estas celebraciones reflejan una estrecha relación entre el ser humano, la tierra y el clima.

El antropólogo Guillermo Bonfil Batalla destacó en su obra que San Isidro es una figura representativa del sincretismo cultural entre creencias indígenas y cristianas, y su festividad es una muestra de cómo los saberes tradicionales conviven con la ciencia moderna.

Naturaleza, cultura y esperanza

La relación entre San Isidro Labrador y las lluvias de mayo es un claro ejemplo de cómo las tradiciones pueden coincidir con los ritmos de la naturaleza. Para miles de familias campesinas, esta fecha simboliza un nuevo comienzo y la esperanza de que la lluvia, tan necesaria para la vida y el alimento, llegue en el momento justo.

 

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