Ciudad de México, a 11 de marzo del 2025.- El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente la pandemia de COVID-19, marcando un antes y un después en la historia reciente. La rápida propagación del virus SARS-CoV-2, detectado en Wuhan, China, a finales de 2019, generó una crisis sanitaria global sin precedentes.
Desde los primeros reportes de casos de neumonía de origen desconocido en diciembre de 2019, la OMS monitoreó la evolución del brote. Para el 30 de enero de 2020, el organismo ya lo había declarado una emergencia de salud pública de importancia internacional, alertando sobre su potencial impacto en países con sistemas sanitarios frágiles.
Con la rápida expansión del virus a nivel mundial, la OMS tomó la decisión de declarar la pandemia, señalando su “profunda preocupación” por la velocidad de propagación y la gravedad de los casos. Esta medida impulsó a gobiernos de todo el mundo a implementar estrategias de contención, como confinamientos, uso obligatorio de mascarillas y el desarrollo acelerado de vacunas.
Impacto y lecciones aprendidas
A cinco años de la declaración de la pandemia, el mundo aún enfrenta las consecuencias del COVID-19. El virus causó millones de muertes y dejó secuelas económicas, sociales y sanitarias. Además, evidenció la importancia de contar con sistemas de salud preparados para emergencias epidemiológicas.
Entre los aprendizajes clave se destacan:
- La importancia de la cooperación internacional: El desarrollo de vacunas en tiempo récord y su distribución global demostraron el valor de la ciencia y la colaboración entre países
- La inversión en salud pública: Muchos gobiernos han reforzado sus sistemas de salud para mejorar su capacidad de respuesta ante futuras pandemias
- El impacto en la salud mental: El confinamiento y las pérdidas humanas afectaron significativamente el bienestar emocional de la población, aumentando la conciencia sobre la importancia del apoyo psicológico
A pesar de los desafíos, la resiliencia y la innovación científica han sido clave para avanzar hacia la recuperación. La declaración de la OMS en 2020 marcó el inicio de una de las crisis sanitarias más importantes de la historia, pero también impulsó avances que hoy fortalecen la capacidad de respuesta global ante futuras amenazas epidemiológicas.