Ciuda de México, a 26 de abril del 2025.- El sábado 26 de abril de 2025, la Plaza de San Pedro en el Vaticano fue el escenario de una histórica despedida al Papa Francisco, quien falleció el 21 de abril a los 88 años tras sufrir un derrame cerebral. En una ceremonia cargada de emoción, fieles y mandatarios de diversas naciones rindieron homenaje al pontífice que transformó el rostro de la Iglesia Católica con su mensaje de inclusión y compromiso social.
Fiel a su estilo sencillo, el Papa Francisco había dejado instrucciones claras para que su funeral se realizara de manera sobria, eliminando rituales tradicionales como el triple ataúd y el catafalco. Su cuerpo fue colocado en un único ataúd de madera con revestimiento de zinc, y su última morada no fue en las grutas vaticanas, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, cumpliendo así uno de sus últimos deseos.
La ceremonia fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, y reunió a 224 cardenales, 750 sacerdotes y obispos, así como a 130 delegaciones oficiales de todo el mundo. Entre los asistentes destacaron figuras como el presidente francés Emmanuel Macron, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, el expresidente estadounidense Donald Trump y los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
La misa de exequias inició a las 10:00 horas y se extendió hasta pasada la una de la tarde. Al finalizar, el cortejo trasladó el féretro hasta la Basílica de Santa María la Mayor, donde el Papa Francisco fue sepultado bajo una lápida sencilla que lleva únicamente la inscripción «Franciscus», reflejando así la humildad que caracterizó su pontificado.
Francisco será recordado no sólo como el primer Papa latinoamericano, sino como un líder cercano a los más vulnerables, defensor de los migrantes, impulsor de reformas internas en la Iglesia y firme crítico de las desigualdades sociales.
Su funeral fue, en esencia, el reflejo de su vida: un testimonio de amor, sencillez y profundo compromiso con la humanidad.