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Reclaman a los Reyes de España por falta de respuesta ante catástrofe en Valencia

Con bolas de lodo y gritos de ¡asesinos!», los vecinos de Paiporta -uno de los pueblos más afectados por las lluvias torrenciales en Valencia y donde se estima que hay más de 100 fallecidos- recibieron a la comitiva oficial encabezada por los reyes Felipe VI y Letizia y los presidentes del gobierno español y valenciano, Pedro Sánchez y Carlos Mazón, respectivamente.

«¡Nos han dejado solos!», gritaron ciudadanos encolerizados por la falta de alertas antes del golpe de la depresión aislada en niveles altos (DANA), con tormentas que el martes pasado arrojaron una cantidad de agua equivalente a la que cae en un año, que hasta ayer había dejado 216 muertos, unos mil 900 desaparecidos y una gran devastación.

En esta protesta sin precedente, la mayoría de los insultos fueron dirigidos al presidente Sánchez, quien fue sacado por su equipo de seguridad. Los guardaespaldas abrieron paraguas para proteger a los monarcas y a los funcionarios mientras la gente les lanzaba lodo.

La policía tuvo que intervenir, incluso con algunos agentes a caballo, para mantener a raya a cientos de personas, muchas de las cuales blandían palas y palos.

El objetivo de la visita oficial era que los reyes Felipe y Letizia estuvieran con los damnificados en el epicentro de la tragedia, pero a los pocos minutos de arrancar el recorrido empezaron los insultos y el lanzamiento de bolas de lodo, piedras y otros objetos, lo que precipitó la suspensión de la visita, así como la cancelación de la gira a una segunda localidad, Chiva.

Con gritos de «¡asesinos!», «¡traidores!», «¡hijos de puta!» y «¡fuera!», los ciudadanos indignados provocaron el nerviosismo en la comitiva oficial, que finalmente se dispersó, lo que siguió la salida del lugar de Sánchez, quien fue escoltado hasta su vehículo oficial y una vez dentro fue cercado por vecinos que arremetieron contra el auto a patadas, con palas de arar la tierra y con los propios puños.

El vehículo resultó dañado y con algunos cristales rotos, mientras el resto de la comitiva oficial era repudiada con el lanzamiento masivo de bolas de lodo.

Tras verse obligado a buscar protección, Felipe VI, con manchas de barro en el rostro y en su impermeable negro, permaneció tranquilo e intento hablar con algunos residentes. Lo hizo con varios. «Se sabía y nadie hizo nada por evitarlo», le reclamó un joven. Una mujer se acercó a la reina, y le dijo: «Tú tienes de todo, agua, de todo, y nosotros nos hemos quedado sin nada y nadie nos ayuda».

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