Washington, D.C., a 26 de marzo del 2025.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció que México y Canadá han intensificado considerablemente sus acciones en materia de seguridad fronteriza. Las declaraciones llegan días antes del plazo fijado para el 2 de abril, cuando el gobierno estadounidense decidirá si aplica aranceles contra ambos países, socios comerciales bajo el acuerdo T-MEC.
Durante un encuentro realizado en la Casa Blanca con diplomáticos nominados y actuales de su administración, Trump se dirigió a Ronald Johnson, su candidato a embajador en México, y expresó: «Han intensificado mucho sus esfuerzos. México y Canadá… Vamos a ver cómo funciona, ¿verdad?”. Johnson elogió el compromiso mostrado recientemente por el gobierno mexicano encabezado por Claudia Sheinbaum, destacando el aumento en la cooperación en la frontera.
La administración de Trump está evaluando las acciones tomadas por sus vecinos para combatir el tráfico de fentanilo y reducir la migración ilegal hacia Estados Unidos. Desde el 20 de enero, la llegada de migrantes indocumentados a la frontera ha caído en más del 84%, pero todavía no está claro si estos esfuerzos serán suficientes para evitar la imposición de aranceles punitivos.
Este contexto surge mientras la jefa del Directorio Nacional de Inteligencia, Tulsi Gabbard, informó al Senado estadounidense sobre una creciente fragmentación en el narcotráfico en México, convirtiendo a los cárteles y traficantes independientes de fentanilo en la principal amenaza directa contra la seguridad nacional de Estados Unidos.
En su reporte, Gabbard señaló que estas organizaciones criminales han facilitado la entrada de más de dos millones de inmigrantes ilegales en 2024, generando inestabilidad regional y agotando recursos esenciales para Estados Unidos.
Por otra parte, Trump minimizó el incidente reciente en el que un periodista fue incluido accidentalmente en un chat privado del gabinete sobre un ataque en Yemen. El mandatario respaldó plenamente a su asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, describiéndolo como «un muy buen hombre» víctima de ataques injustos. Este episodio generó controversia en Washington debido a las preocupaciones sobre la gestión de información confidencial dentro del gobierno estadounidense.