Ciudad de México, a 11 de enero del 2025.- México se encuentra preparado para afrontar la revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) y los retos derivados del cambio de era económica en Estados Unidos y a nivel global, afirmó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, durante su participación en el Seminario Perspectivas Económicas 2025, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).
El funcionario destacó que el país cuenta con fortalezas estructurales que lo posicionan favorablemente para el futuro. «Estamos entrando en una nueva era», señaló Ebrard, haciendo hincapié en que hay un consenso en Estados Unidos respecto al proteccionismo y a la prioridad que se le dará a la relación con China, lo que influirá en la nueva dinámica económica global.
Ebrard resaltó que el T-MEC, un acuerdo negociado durante la administración de Donald Trump, ha sido un éxito rotundo para ambos países, especialmente para la industria automotriz estadounidense, que sigue siendo competitiva gracias a sus operaciones en México. «Vamos a entrar en un escenario de mayor competencia, y cualquier alteración que se haga en los costos relativos va a ser una desventaja estratégica para Estados Unidos», explicó.
El titular de la Secretaría de Economía subrayó que México es el principal socio comercial de Estados Unidos, tanto en importaciones como en exportaciones, lo que refuerza la idea de que las estrategias de proteccionismo no son compatibles con el crecimiento sostenido y la inflación baja que busca Estados Unidos. «No se puede tener una estrategia proteccionista simultánea con México y China, sin poner en riesgo el complejo industrial que hemos construido en más de 40 años», puntualizó.
Ebrard también mencionó los avances de México en áreas clave para la próxima administración estadounidense, como la reducción de los flujos migratorios y la disminución de muertes relacionadas con el fentanilo en la Unión Americana. Además, resaltó que México goza de una sólida posición económica, caracterizada por bajos niveles de desempleo, altos niveles de inversión, una deuda pública significativamente menor que la de sus socios comerciales y un salario mínimo en niveles históricos.