Ciudad de México, a 18 de abril del 2025.- Durante cinco años, una operación de extracción ilegal de oro en el desierto de Sonora generó ganancias millonarias para La Chapiza, brazo del Cártel de Sinaloa, mientras desplazaba con violencia a comunidades enteras.
Desde 2019, el grupo armado de Los Pelones, aliado de Los Chapitos, tomó el control de 42 ranchos y dos minas ubicadas en un área de 90 mil hectáreas —equivalente a los estados de Morelos o Tlaxcala— cerca de la frontera con Arizona. Ahí, mediante amenazas, desplazaron a campesinos, ganaderos y cazadores, y combatieron a otros grupos criminales como el Cártel de Caborca y Los Salazar.
Las minas de oro La Ciénega y Cerro Colorado fueron explotadas durante cinco años, generando hasta 1.6 millones de dólares mensuales. El oro, vendido en Caborca, Sinaloa y Jalisco, era enviado por avioneta a Iván Archivaldo Guzmán. Se estima que el cártel obtuvo más de 96 millones de dólares, equivalentes a cerca de 2 mil millones de pesos.
Un asesor en seguridad minera explicó que en cinco puntos estratégicos trabajaban de 80 a 100 personas las 24 horas, extrayendo oro de tipo «placer», que se encuentra en sedimentos y se separa manualmente.
Además de la minería, los sicarios se apropiaron de ranchos dedicados a la cacería cinegética del venado bura y el borrego cimarrón. También saquearon instalaciones ganaderas y agrícolas, destruyeron cosechas y mataron al ganado. Ejemplo del nivel de violencia es el rancho Paraíso de Los Cachanillas, que fue completamente destruido con armas e incendiado.
En septiembre de 2024, un operativo conjunto de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado y la Secretaría de Marina logró recuperar los terrenos. Se instaló una Base Operativa permanente y se activó un sistema de vigilancia desde el C5i, con patrullajes terrestres, aéreos y monitoreo con drones.
El 26 de marzo de 2025, un grupo armado intentó retomar el control, pero fue neutralizado por la Policía Estatal. A la fecha, ya han sido recuperados los 42 ranchos y las dos minas, y los pobladores han comenzado a regresar a sus actividades.
Sin embargo, aún falta por recuperar una decena de ranchos, por lo que los operativos continúan en esta región fronteriza de Sonora.