Ciudad de México, a 01 de mayo del 2025.- La confrontación entre la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el expresidente Ernesto Zedillo ha adquirido una nueva dimensión, con acusaciones mutuas sobre temas clave como la reforma judicial, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el Fobaproa y la democracia en el país. Este enfrentamiento comenzó en septiembre de 2024, cuando Sheinbaum aún era presidenta electa, y desde entonces, ambos políticos han protagonizado una serie de intercambios públicos en los que han puesto en duda las intenciones y visiones del otro para el futuro de México.
Las críticas han sido intensas y se han vertido en diversas plataformas, desde conferencias de prensa hasta artículos periodísticos, programas de radio, foros universitarios y discursos en el Zócalo de la Ciudad de México, ante miles de personas.
Zedillo ha acusado a Sheinbaum de «matar» la democracia con su reforma judicial y de alinearse al proyecto de su predecesor, mientras que la actual mandataria ha respondido, señalando al expresidente como representante del «viejo régimen», al que se le atribuye la instalación de una Corte a modo y la creación de un Poder Judicial corrupto.
Para expertos en política, esta confrontación le ha servido a Zedillo para reposicionarse en la escena pública, mientras que Sheinbaum sigue la estrategia del sexenio anterior, en la que se busca descalificar a los expresidentes, como parte de su agenda de transformaciones políticas.
El choque entre ambos políticos no solo refleja las tensiones del presente, sino que también pone en evidencia las profundas divisiones en el país sobre cómo entender y abordar el pasado reciente y la dirección futura de la democracia en México.
Este enfrentamiento ha captado la atención de la opinión pública, generando debates sobre el impacto de la reforma judicial y los objetivos del gobierno de Sheinbaum. A medida que ambos se lanzan acusaciones, se hace evidente que este choque de visiones está lejos de terminar.