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Descubre la historia del Puente Colgante de Cortazar

Cortazar, Gto., a 03 de enero del 2025.- El Puente Colgante de Cortazar, inaugurado el 26 de agosto de 1922, es uno de los monumentos más emblemáticos del estado de Guanajuato. Construido sobre el río Laja, su edificación marcó un hito en el desarrollo de la región y continúa siendo un símbolo de identidad para los cortazarenses.

Este proyecto fue impulsado por el entonces presidente municipal Antonio Mancera Cano, quien gestionó el financiamiento ante el gobernador Antonio Madrazo. Con un costo total de 47 mil pesos, el diseño del puente estuvo a cargo del reconocido arquitecto francés Ernest Brunel, también responsable de obras como el Mercado Hidalgo en Guanajuato capital y la Bola de Agua en Celaya.

La inauguración del puente, encabezada por el presidente de México, General Álvaro Obregón, no estuvo exenta de incidentes. Durante la ceremonia, una de las garruchas que sostenía los cables se torció, provocando un leve descenso en la estructura. A pesar del susto, el evento quedó inmortalizado como un momento clave en la historia de la ciudad.

El Puente Colgante fue restaurado poco después de su apertura, utilizando piezas fabricadas en una fundidora de Irapuato. En 2017, fue reconocido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) como Obra Artística del Siglo XX, destacando su valor cultural y arquitectónico.

En el 2021, el Gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Infraestructura, Conectividad y Movilidad (SICOM), rehabilitó el puente peatonal colgante con una inversión superior a 18.2 millones de pesos.

En la rehabilitación se realizaron trabajos de desmantelamiento de la estructura existente, así como la demolición de la cimentación, para construir una nueva a base de pilotes de concreto reforzado. La estructura cuenta ahora con dos caballetes de cabezal de concreto reforzado, que sostienen el puente peatonal de 130.33 metros de longitud total y dos rampas de acceso de 69.77 metros.

Actualmente, este puente es un punto de encuentro para peatones, ciclistas y turistas que desean apreciar la belleza de una obra que ha resistido el paso del tiempo. Su estructura metálica y su diseño único lo convierten en un atractivo turístico y en un recordatorio del progreso que vivió Cortazar durante el siglo pasado.

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